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Se le critica por expandir el chiÃsmo en la PenÃnsula Arábiga
Cumbre de ulemas sunnitas en Qatar
Viernes 17 de octubre de 2008, por ER. Teherán
En sus declaraciones, Qardawi, considerado uno de los ulemas sunníes más influyentes del mundo islámico, advertía de las actividades financiadas por Irán para expandir el chiísmo por Egipto y los países de la Península de Arabia, todo mediante grandes sumas de dinero.
Seguidamente, calificó a los chiítas como musulmanes «desviados», algo lógico, pues para quien el califa es líder político y religioso verá como una aberración que un grupo de iluminados por un imán oculto sean los gobernantes de un Estado.
Los iraníes, por su parte, ven a Qardawi como un servidor de los intereses del sionismo en Oriente Medio. Las diferencias entre sunnismo y chiísmo son, en consecuencia, irreconciliables.
La nota
En su nota, la organización UIUM realiza un llamado al respeto entre las diferentes doctrinas, e insta a Irán a que modere sus críticas: «El Consejo pide a la República Islámica de Irán que asuma su responsabilidad religiosa a la hora de luchar contra los conflictos sectarios, adoptando medidas contra la agencia de noticias Mehr por las mentiras e insultos en su artículo contra Qardawi».
La UIUM, fundada en el año 2004 con el objetivo de aunar a los distintos credos musulmanes para fortalecer el Islam, se encuentra así con una indeseable pero efectiva realidad.
La división entre chiítas y sunnitas se produjo tras la muerte del cuarto califa, Ali Ibn Abu Talib, en el año 661, cuyos seguidores —los chiíes— defienden que la máxima autoridad del Islam debía ser ocupada por los descendientes de Ali, yerno de Mahoma y martirizado en la ciudad de Kerbala. La oposición de los sunnitas fundó el cisma.