Un alcalde peruano jura su cargo al modo indígena recibiendo tres latigazos

La derecha extravagante hispanoamericana sigue causando estragos en Nuestra América, incluso en aquellos países en principio no afectados por el Socialismo del Siglo XXI.

Es el caso del alcalde de un distrito de Huancayo, al este de Perú. El intendente no tuvo mejor ocurrencia que jurar su cargo recibiendo tres azotes en el cuerpo como recordatorio de que debe cumplir sus promesas. Arrodillado ante un crucifijo y con la cabeza reclinada, el funcionario que le fustigó le exigió en quechua y no en español cumplir las leyes básicas del Imperio Inca: «No seas ladrón, no seas mentiroso y no seas ocioso».

No son necesarias más pruebas para ver lo que dan de sí estos delirios bendecidos por la Iglesia Católica.